lunes, 7 de enero de 2013

La vida pasa como si nada. . .


Hoy lunes, 7:25 am, se me ocurrió dejar el carro en la bomba para que lo lavaran y caminar con la laptop al hombro hasta la oficina que está en el edificio de al lado. Treinta metros de acera más o menos.

Automáticamente al llegar a la calle cambio a modo “pilas”. Es una avenida transitada con salida a la autopista, así que es una pista de escape perfecta para los “motoladrones”

Justo allí me di cuenta de ellos, dos motos de baja cilindrada. En una conductor y parrillero, la otra solo el conductor. Individuos jóvenes que no llegaban a los 30, se paran justo detrás de una camioneta que tiene vidrios oscuros que la detuvo el tráfico. Ellos se dicen algo y hacen gestos hacia la camioneta, inmediatamente las motos se detienen a ambos lados de la camioneta. No es buena señal.

“Baja el vidrio! Rápido” ordena el parrillero, algo muestra en su cintura.

Todo esto al frente mío, un canal de la avenida de por medio, yo con la laptop al hombro.

Nadie dice nada, no suena una corneta, el vidrio baja unos centímetros y algo entrega quién iba en la camioneta.

Solo me quedaba apresurar el paso mientras pienso, “que no se arme un tiroteo, que no me hayan visto los choros, que no se regresen, rápido . . . rápido” No voltee a ver como termino, seguí andando. 

Hoy no me tocó, pero estuve bien cerca...